domingo, 29 de agosto de 2021

LAS DECISIONES O ELECCIONES LINGÜISTICAS DEL ESCRITOR

 LAS DECISIONES O ELECCIONES LINGUISTICAS DEL ESCRITOR

En las clases de esta semana vamos a estudiar la manera en que las decisiones lingüísticas, de contenido o formales que toma el escritor son elecciones conscientes que tienen el propósito de crear el significado.

Esto es algo que hacemos todos los hablantes de todos los idiomas, lo que nos diferencia de un escritor profesional es que sus decisiones son conscientes y en función de un propósito.


ESTANDARES

1.- Desarrollar sensibilidad y habilidades para percibir los rasgos estéticos y formales de los textos, así como la capacidad de apreciar cómo influyen en diversas respuestas y revelan múltiples significados 

2.- Analizar y evaluar las maneras en que el uso de la lengua crea significado


3.- Analizar y evaluar los usos y los efectos de las técnicas literarias y estilísticas.


ACTIVIDAD

Crea una carpeta nueva en la carpeta de grado 12 con el nombre de TALLER DE CREACION, dentro de esa carpeta abre un documento con el nombre:


Tu nombre.ESCRITURA


Con fecha de hoy 30/08:

1.- Elige una Cuestión Global o un tema


2.- Elige un elemento motivante, puede ser una pintura o una fotografía.


3.- Escribe una narración breve.


4.- Debes utilizar de manera consciente recursos literarios que contribuyan a crear el significado.


5.- Todos los elementos formales y de contenidos deben ser utilizados conscientemente.







jueves, 19 de agosto de 2021

¿Qué es la literatura?

 ¿Qué es la literatura?20/08/21


ACTIVIDAD


Lee el cuento "La otra señorita del escritor venezolano "Oscar Guaramato" y realiza un comentario literario explicando su contenido y forma.  Puede guiarte por las preguntas de orientación que aparecen al final del cuento.


Realiza esta actividad en tu portafolio en la carpeta Q1, en el documento de Asignaciones Diarias.


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"La otra señorita"


Oscar Guaramato

La maestra rural fue trasladada a otro pueblo. Nos comunicó la noticia momentos después de haber   cantado  un  nuevo  himno,  cuando  estábamos  frente  a  ella,  atentos  a sus manos guiadoras  del  compás.  Habló  brevemente.  Explicó   que  desde  el  lunes  tendríamos  otra maestra,  que  ella  pasaría  a  regentar  otra  escuela,  perdida  en  la  maraña  de  un remoto caserío, y  recomendó  a  todos  que  fuésemos  amables con la nueva preceptora, por cuanto nosotros constituiríamos su prueba de fuego, su primer experimento de recién graduada.

Era viernes y atardecía sobre las casas.

Pero esto no sucedió ayer, ni anteayer. 

Ella era nuestra maestra de primeras letras, hace veinticinco años. Sin embargo, el tiempo transcurrido no impide que recuerde claramente las cosas ocurridas aquel día, lo que hicimos en la calle. Fue allí donde noté que había olvidado mi pizarra y regresé corriendo al salón. Busqué por todas partes y, al no encontrarla, llamé a mi maestra. Salió y vi sus ojos enmohecidos de llanto. Sin decirme nada, me abrazó sollozante. Recuerdo que yo también lloré, que era viernes y que el sol muriente lamía en el patio las hojas de un rosal.

El domingo la acompañé a la estación.

Yo cargaba su maleta. Fue un domingo a las once de la mañana. La locomotora tenía un nombre  –gavilán- y resoplaba como un animal cansado. Al fin, un hombre de uniforme gris ordenó a los pasajeros que subieran al tren. Fue entonces cuando ella me estrechó contra su pecho y me besó en la frente. Recuerdo claramente su pañuelo blanco, aleteando a lo lejos, y aquella dulce paz que me quedó en la cara.

La otra señorita tenía pecas y fumaba.

El lunes siguiente se encargó de la escuela. El mismo día encontré mi perdida pizarra.

Yo no la oía. Pensaba en mi otra maestra. Veía su cabello de oro viejo, sus ojos llorosos, sus labios de frambuesa.

Tal vez fue esto lo que me impulsó a escribir en mi pizarra: Señorita, yo la quiero mucho. Lo hice con una letra grande, redonda, y firmé al pie.

Repentinamente una pregunta flotó en la sala. Yo no la oí. No hubiera oído nada, a no ser por el codo de un compañero de pupitre que me hizo volver en mí. La señorita me miraba ahora, esperando mi respuesta. No contesté. Ella se acercó y me quitó la pizarra de las manos. Recuerdo que era lunes y que hacía mucho calor y que el sol danzaba en el patio, como un conejo rubio.

Yo mismo llevé la nota a mi casa. En ella se decía la causa  de mi expulsión de la escuela rural.

Pasé muchos días apenado, vagando solitario por las riberas del río vecino, y recuerdo también, que me agarré a trompicones con más de un discípulo que me llamó “picaflor de alero”.

Un día cualquiera me enviaron a una escuela de la ciudad.

Pero nunca llegué a referir que lo escrito había sido para mi otra maestra, la del pañuelo blanco, la del cabello de oro viejo, y labios de frambuesa. La del primer beso.    


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Pregunta de orientación:


1.- ¿De qué manera logra el autor transmitir al lector el tono narrativo del cuento?

2.- ¿Que concepto fundamental esta presente en este cuento?

 



CONDICIONES DEL COMENTARIO


1.- Debe tener al menos 4 párrafos


2.- Debe hacer referencia a la mayoría de los aspectos del contenido y de la forma del cuento